En mi caso personal, me está suponiendo un mayor control de mi tiempo libre, mayor foco y también me está forzando a mejorar mi comunicación, tanto hablada como escrita. Este útimo punto es algo que todo el mundo debería tener en cuenta ya que la comunicación puede no ser síncrona (lo trataré en un próximo post). Debemos ser empáticos y pensar que cuando una sola persona no está presente de manera física todos debemos actuar como sino estuviéramos: por ejemplo dejando las cosas esenciales por escrito.
Por supuesto, no todo son ventajas. El mayor problema que yo veo es cuando una empresa pasa de tener oficina a no tenerla de manera fugaz (como ha ocurrido este 2020) y se incorpora gente nueva. Toda esa gente que ha compartido una vida con oficina ya tiene un nexo entre sí que resulta muy complejo de crear con la gente nueva. Es justo en ese punto cuando más hay que trabajar la cultura del trabajo en remoto. ¿Están las empresas invirtiendo realmente en cuidar estos detalles?
Hasta la próxima.
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¡Gracias por leerme!